La práctica nº 3 consta de dos artículos de un periódico relacionados con la los efectos pueden provocar las nuevas tecnologías de la información y la comunicación en el desarrollo y aprendizaje del ser humano.
Hoy en día, sería inconcebible vivir al margen de las tecnologías, pero la pregunta es ¿tienen un efecto positivo o negativo sobre las personas?
Es evidente que con la llegada de Internet se han abierto muchos campos de información a los que antiguamente había que llegar a través de un montón de libros o simplemente no teníamos acceso a ella. Esta nueva herramienta facilita enormemente el trabajo de búsqueda de información y de aprendizaje, ahora bien, abusar de ella puede resultar peligroso.
Cada vez cuesta más leer un libro para saber sobre algún tema, puesto que con un simple clic está todo solucionado: tenemos la información necesaria para trabajar. El efecto Google, así lo denomina el autor del artículo, provoca la pereza que supone hacer un esfuerzo para almacenar conocimientos en nuestro cerebro y así aprender de forma enriquecedora y un buen ejemplo al respecto es el de los móviles. Hace unos años, la generación de mi madre sin ir más lejos, las personas memorizaban cantidad de números de teléfono que ahora, con la agenda telefónica, no son necesarios retener, con solo pulsar una tecla aparecen cientos de números grabados.
Personalmente, no me posiciono en contra de las nuevas tecnologías, puesto que yo las utilizo habitualmente, pero es cierto que no estoy de acuerdo con que se implanten como nueva forma de aprendizaje ya que no puede suplir la interacción entre el profesor y el alumno.
Desde que existe Internet, o desde que se ha normalizado su uso, la forma de leer ha ido cambiado progresivamente, hemos pasado de leer de manera lineal a leer dando saltos en el texto.
Antes, cuando empezabas un libro, un artículo o un texto no dejabas de leerlo hasta terminarlo, hoy en día, pocas son las personas que, leyendo online, empiezan por el principio y terminan por el final del documento.
Desde mi experiencia, puedo decir que ahora el modo de leer es muy superficial. Leer a través de la pantalla provoca una serie de distracciones que siempre nos llevan a pinchar en otro enlace porque nos parece interesante o a cambiar de página porque hay más información. Por lo tanto, nunca terminamos el texto que hemos empezado, pero tampoco lo haremos con los demás ya que siempre habrá algo que nos parezca mejor.
Esta nueva forma de lectura es útil y permite abarcar mucho más conocimiento, pero realmente ¿es mejor que la lectura lineal que ha existido siempre? En mi opinión, no considero que sea mejor una que la otra, simplemente son diferentes. No hay que dejar la lectura lineal de lado porque nos parezca más fácil la lectura a través de Internet, nuestro cerebro debe adaptarse a esta nueva forma, pero no debe olvidar nunca la lectura tradicional, y así debe ser inculcada a todas las generaciones que están por venir.